La lechuga es una planta anual y pertenece botánicamente a una de las familias más numerosas del reino vegetal, la asteraceae o compuestas, con más de 20.000 especies abarcando desde árboles a plantas hortícolas. Sus hojas están dispuestas en forma de roseta manteniéndose bien desplegadas o bien formando cogollos en función de las variedades. Podemos encontrar hojas de bordes lisos, ondulados o aserrados. Posee una raíz pivotante corta de unos 25 cmts con pequeñas raíces secundarias. Su tallo es cilíndrico y ramificado y al darse las condiciones adecuadas el tallo se alarga y florece.
La lechuga salvaje se supone originaria de la India y su aparición data de alrededor del 4.500 a.C. Los egipcios fueron los primeros en cultivar la lechuga. Después, griegos y romanos popularizaron su cultivo y consumo.
Los griegos solían reservarla para el final de las comidas ya que creían que tenía propiedades relajantes que inducían al sueño, sin embargo, los romanos solían empezar sus famosos banquetes con lechuga ya que consideraban que abría el apetito y relajaba el canal digestivo.
Fueron estos pueblos los que la denominaron “lactuca”, vocablo del que deriva su nombre actual.
Lechuga iceberg: sus hojas se pliegan envolviéndose unas a otras formando un cogollo apretado y redondo. Mini romana: sus hojas son de forma alargada, bordes enteros y nervio central muy marcado. Su sabor es muy dulce.
Lollo Rosso y Bionda: lechuga rizada, de color rojizo (Rosso) o verde (Bionda) y cuyo sabor tiene un ligero toque amargo. Por su aspecto es muy decorativa.
Hoja de roble: sus hojas son onduladas y sus tonalidades son verdes y marrones. Es una variedad acogollada.
Otras variedades: trocadero, romana, batavia…
La lechuga tiene un contenido bajo en calorías e hidratos de carbono y niveles de agua del 95%. Es una fuente de vitamina B ácido fólico, que desempeña un papel en la formación normal de la sangre y es compatible con el sistema inmune para que funciones con normalidad.
Un tazón de cereales de lechuga (80 g) cuenta como una ración de hortalizas y contiene sólo 8 calorías.
La lechuga también contiene minerales importantes, tales como hierro, potasio y magnesio. Las hojas exteriores de color más oscuro son más nutritivas que las hojas blanquecinas en el interior.
A la hora de escoger una buena lechuga hemos de fijarnos en su color. Este ha de ser intenso y brillante. Es también muy importante que sus hojas, particularmente en la zona de los nervios, no presenten áreas de oxidación de color anaranjado. Asimismo nos hemos de asegurar de que las hojas están tersas y no presentan zonas flácidas, sus bordes han de estar limpios libres de zonas necrosadas.
La lechuga no debe mantenerse sin consumir más de dos o tres días. Para mantenerla fresca y sin que pierda sus propiedades es recomendable mantenerla en el refrigerador sin haberla cortado ni lavado previamente y en una bolsa de plástico que impida que se seque.
Cortar y aderezar la lechuga justo antes de consumirla; así conservará todo su sabor y frescor crujiente, y una mayor cantidad de vitaminas y minerales.
La lechuga puede degustarse como ingrediente principal, como ocurre en multitud de ensaladas, o bien ser un excelente acompañante en guarnición o en recetas con arroz, legumbres, aves, pescados y mariscos. También se utiliza en la elaboración de cremas, sopas e incluso en estofados o en guisos al horno. Asimismo, es utilizada en infusión o incluso como colorista toque decorativo.
El nombre de científico de la lechuga “lactuca” deriva del vocablo latino “lactis” que significa leche debido al líquido de color blanco que exuda de sus tallos al cortarla.
El emperador Cesar Augusto erigió una estatua a la lechuga por creer que le libró de una enfermedad que padecía.
El primer uso que le dieron los egipcios a la lechuga fue la extracción de aceite de sus semillas.
La lechuga se utiliza para hacer jabón, agua de colonia y lociones para la piel.