EL NACIMIENTO
Una vez seleccionadas las mejores variedades para ser destinadas al consumo, las hortalizas europeas seguimos un riguroso proceso de producción, en el que las flores de nuestras plantas madre son polinizadas manualmente. De sus frutos se extraen nuestras semillas, que son sometidas a rigurosos controles de calidad antes de que lleguen al agricultor.
Si todo está correcto nos asignan un número de lote que pasa a ser nuestro 'documento de identidad' garantizando que estamos sanas y con todo nuestro potencial de crecimiento íntegro.